Espero que el 2013 esté comenzando bien para todos y todas.
Yo no me puedo quejar..., bueno, sí: que los que tenemos trabajo lo tenemos en exceso y este inicio de año (a causa del cierre económico del anterior) está siendo movido.
El caso es que os quería comentar que fue buenísimo el fin de año que tuve, con mi mejor follamigo y una amiga en común transexual. La experiencia sólo puede catalogarse de repetible, cosa que pienso volver a hacer en sucesivos años.
Estuvimos los tres toda la noche: quedamos al anochecer, salimos a dar una vuelta, cenamos de maravilla en un buen restaurante de Barcelona y nos volvimos al hotel que habíamos alquilado a las once de la noche.
Después de un baño, empezamos a jugar, lamiéndonos, tocándonos... no importaba nada, no importaba el tiempo... teníamos toda la noche para nosotros solos. Mi gran follamigo tuvo la ocurrencia de un par de minutos antes de las campanadas de medianoche, tumbarnos de lado en la cama: yo en un lado, detrás de mí, la chica transesxual y detrás de ella, él. Así dispuestos, ella metió su polla (de considerables dimensiones, cabe decirlo) en mí, mientras que él deslizaba la suya por el culo de nuestra compañera. Así, con rítmicos movimientos, los tres estuvimos en profundo e íntimo contacto mientras las campanas indicaban que dejábamos el 2012 para pasar al 2013.
Yo no me puedo quejar..., bueno, sí: que los que tenemos trabajo lo tenemos en exceso y este inicio de año (a causa del cierre económico del anterior) está siendo movido.
El caso es que os quería comentar que fue buenísimo el fin de año que tuve, con mi mejor follamigo y una amiga en común transexual. La experiencia sólo puede catalogarse de repetible, cosa que pienso volver a hacer en sucesivos años.
Estuvimos los tres toda la noche: quedamos al anochecer, salimos a dar una vuelta, cenamos de maravilla en un buen restaurante de Barcelona y nos volvimos al hotel que habíamos alquilado a las once de la noche.
Después de un baño, empezamos a jugar, lamiéndonos, tocándonos... no importaba nada, no importaba el tiempo... teníamos toda la noche para nosotros solos. Mi gran follamigo tuvo la ocurrencia de un par de minutos antes de las campanadas de medianoche, tumbarnos de lado en la cama: yo en un lado, detrás de mí, la chica transesxual y detrás de ella, él. Así dispuestos, ella metió su polla (de considerables dimensiones, cabe decirlo) en mí, mientras que él deslizaba la suya por el culo de nuestra compañera. Así, con rítmicos movimientos, los tres estuvimos en profundo e íntimo contacto mientras las campanas indicaban que dejábamos el 2012 para pasar al 2013.
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