14 feb 2013

Se acabó el Carnaval

Ayer miércoles se terminó en Carnaval. Una auténtica pena, pues es una fiesta magífica a pesar del frío que hace por Barcelona y Europa, en general.
Ya he podido visitar algunos carnavales del mundo: Venecia, Canarias y otras partes de España. Todavía tengo la asignatura pendiente de vivir los carnavales brasieños.
Pero por el que tengo debilidad es por el de Sitges y no sólo por la cercanía a mi casa sino porque allí, durante esa época, he vivido días maravillosos.
Este año, por ejemplo, conocí a varias personas, algunas de las cuales terminaron conmigo la noche. En especial, una chica ucraniana de mi edad, más o menos, que iba disfrazada de Catwoman: imagino que por su lugar de nacimiento, era capaz de desafiar al frío embutida en un vestido de cuero negro que resaltaba (y de qué manera) su figura. Eso fue el viernes por la noche.
Es muy típico encontrar chicas disfrazadas de gatita, de ratoncita..., pero me encantan esos disfraces.
El caso es que con esta ucraniana, me lo pasé la mar de bien en el apartamento que alquilé para el fin de semana. Vestida con esa segunda piel de cuero negro estaba impresionante, pero desnuda lo era todavía más. Sus rasgos felinos no desaparecieron al quitarse la máscara.
Estuvimos jugando como dos gatas lametonas hasta que salió el sol.

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